jueves, 5 de agosto de 2010
Los abogados de las marcas
¿Recuerdas aquella película de Jim Carrey donde la hace de un abogado que le promete a su hijo no decir mentiras por un día? ¿Qué pasaría si algunos publicistas hiciéramos lo mismo?
Siempre he pensado que los redactores publicitarios somos los abogados de las marcas, que debemos construir casos para nuestros clientes seleccionando las verdades que son positivas y omitiendo aquéllas que no lo son.
¿Te imaginas que cuando te contraten en una agencia, la de recursos humanos saque una Biblia y te haga jurar que dirás "la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad"?
Hay productos que no son una blanca paloma, pero mientras no le provoquen un daño deliberado a la gente, tendrán uno o varios aspectos dignos de resaltar.
Hoy el consumidor es un juez muy severo, por lo tanto tus argumentos de venta deben ser convincentes y contundentes. Si el abogado-creativo no cree en su cliente, entonces se la pasará muy mal y con el riesgo de perder completamente el juicio.
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